Un grupo de seis activistas de Noruega y Argentina se manifestaron frente al buque de prospección sísmica que arribó recientemente a las costas de Montevideo. Desde el velero Witness de la organización, los activistas desplegaron un cartel flotante frente a la proa del barco sísmico, para alertar sobre los impactos de esta actividad que busca hidrocarburos en el océano genera en la biodiversidad y el ecosistema marino. El buque sísmico BGP Prospector, contratado por la empresa noruega Equinor actualmente espera la autorización final por parte del Estado Argentino para proceder a efectuar bombardeos acústicos en los tres bloques otorgados a la empresa de capitales estatales noruegos, y que se encuentran a unos 300 km de la costa de Mar del Plata, al norte del talud continental del Mar Argentino. © Maxi Gutierrez / Greenpeace
Un grupo de seis activistas de Noruega y Argentina se manifestaron frente al buque de prospección sísmica que arribó recientemente a las costas de Montevideo. Desde el velero Witness de la organización, los activistas desplegaron un cartel flotante frente a la proa del barco sísmico, para alertar sobre los impactos de esta actividad que busca hidrocarburos en el océano genera en la biodiversidad y el ecosistema marino. El buque sísmico BGP Prospector, contratado por la empresa noruega Equinor actualmente espera la autorización final por parte del Estado Argentino para proceder a efectuar bombardeos acústicos en los tres bloques otorgados a la empresa de capitales estatales noruegos, y que se encuentran a unos 300 km de la costa de Mar del Plata, al norte del talud continental del Mar Argentino. © Martin Katz / Greenpeace