Como parte de su expedición en el barco Esperanza por la protección de los océanos, Greenpeace junto a Martín Brogger, investigador adjunto del CONICET, llegaron a la zona conocida como Agujero Azul -al límite de la zona económica exclusiva argentina- en el Atlántico Sur y tomaron imágenes del fondo marino. La hazaña los convirtió en los primeros testigos de la devastación del suelo marino en esta zona, producto de la sobrepesca y de la falta de control y regulación de las aguas internacionales. En lugar de registrar variedad de especies, campos de esponjas o arrecifes de coral, las cámaras mostraron suelos desérticos, basura y estrellas de mar muertas. © Cristóbal Olivares / Greenpeace
Como parte de su expedición en el barco Esperanza por la protección de los océanos, Greenpeace junto a Martín Brogger, investigador adjunto del CONICET, llegaron a la zona conocida como Agujero Azul -al límite de la zona económica exclusiva argentina- en el Atlántico Sur y tomaron imágenes del fondo marino. La hazaña los convirtió en los primeros testigos de la devastación del suelo marino en esta zona, producto de la sobrepesca y de la falta de control y regulación de las aguas internacionales. En lugar de registrar variedad de especies, campos de esponjas o arrecifes de coral, las cámaras mostraron suelos desérticos, basura y estrellas de mar muertas. © Greenpeace